F.Q.A. – Preguntas frecuentes
Colchones
En general, los más utilizados son la tecnología de los muelles combinada con múltiples capas de confort que garanticen la mayor comodidad del cliente, la tendencia es cada vez mayor hacia el uso de acolchados con una capa de látex o de espumas viscoelásticas.
Las novedades se incorporan poco a poco y se centran en los colchones de muelles combinados con la adaptabilidad del látex o las espumas termosensibles o viscoelásticas.
En el caso de colchones lo recomendable es cambiarlo como máximo cada 10 años. En lo que a bases se refiere, la durabilidad es superior dado que sufre un desgaste más reducido. En el apartado ¿Necesitas cambiar de colchón? se puede responder a un breve test de unos 20 segundos de duración que incluye las preguntas que hay que hacerse para valorarlo.
En el caso de las almohadas, a diferencia de lo que ocurre con los colchones, no hay una recomendación estándar. El desgaste de la almohada es mucho más evidente por lo que se puede valorar la necesidad de cambio sin dificultad.
La detección del deterioro de los colchones es muy sutil. Hoy en día es poco habitual que se detecten bultos. Para detectar el desgaste sería necesario poder compararlo con un equipo de idénticas características, pero nuevo. Esa sería la única forma de percibir la pérdida de firmeza y de calidades del equipo. Hay algo que es importante y es considerar el factor higiene. El colchón es un producto con el que se está en contacto muchas horas e incluso con un buen mantenimiento poco a poco, de manera muy lenta, se va deteriorando.
Almohadas
La almohada es el elemento más personal del equipo de descanso. Cada vez se le concede más importancia y la relación con la almohada es tan particular que incluso hay personas que se llevan la suya de viaje.
En el caso de las almohadas, a diferencia de lo que ocurre con los colchones, no hay una recomendación estándar. El desgaste de la almohada es mucho más evidente por lo que el consumidor puede valorar la necesidad de cambio sin dificultad.
La postura que adoptamos al dormir es el elemento más relevante. Hay almohadas de diferentes materiales y tecnologías pero lo que se valora fundamentalmente es la firmeza (blanda, media o dura) o altura (alta, media o baja). Por ejemplo, una persona que duerma de lado, mantiene una distancia entre la cabeza y el colchón mayor que otra que duerma boca arriba por lo que necesitará una almohada más alta y firme para descansar correctamente.
En definitiva, la almohada correcta es aquella que mejor mantiene la posición natural de la columna.
Hay grandes diferencias entre las distintas tecnologías y materiales. Las más evidentes son aquellas que se refieren a la percepción del usuario: altura, firmeza, adaptación al cuerpo…
No. Cada persona debe elegirla en función de sus necesidades. No sólo en cuanto a firmeza y altura sino atendiendo además a otras circunstancias. Por ejemplo, hay almohadas que tienen prestaciones especiales que comportan beneficios adicionales relacionados con la higiene.
Bases
A grandes rasgos, se pueden distinguir entre bases rígidas y bases articuladas; con lecho rígido o elástico y con espacios auxiliares (arcones de almacenamiento) o sin ellos. Al igual que ocurre con el resto del equipo de descanso, no existen criterios unitarios para elegir una base, cada persona debe buscar la que más se ajuste sus necesidades concretas. Por ejemplo, en el caso de las bases articuladas, hay diferentes grados de sofisticación lo cual es importante para aquellas personas que tienen patologías en las que está indicado dormir con alguna parte del cuerpo en una posición más elevada.
Que no todas las bases son adecuadas para todos los colchones, por lo que es necesario que, una vez elegido el colchón, lo probemos con diferentes bases para encontrar la que mejor se adapta a nuestras necesidades. Una base puede aumentar o paliar la sensación de firmeza o elasticidad de un colchón.
Generales
Para el colchón se debería buscar que tenga la firmeza y el grado de confort adecuado. Además, es importante la higiene.
Para las bases los criterios son más sencillos ya que en general se utilizan bases tapizadas rígidas cuyas prestaciones se centran en la durabilidad y estética del producto.
Y por último, con referencia a las almohadas, dado que existe un perfil muy variado de clientes, lo ideal sería tener un pequeño catálogo de almohadas que permita elegir al cliente la almohada que mejor confort le proporcione. Y si no pudiera ser así, la elección debería ser una de firmeza y altura media.
Descansar correctamente tiene una influencia directa en nuestro bienestar físico y mental. Tanto el cuerpo como la mente necesitan recuperase del estrés y el ritmo acumulados a lo largo de la jornada. Cuando este descanso no es correcto, cuerpo y mente se resienten y, por ejemplo, nos sentimos cansados y nos cuesta más trabajo concentrarnos o tomar decisiones.
Lo fundamental a la hora de probar un equipo de descanso es intentar imitar en lo posible las condiciones normales en las que descansamos. La prueba en sí consiste en estudiar las sensaciones que nos aporta el equipo de descanso y compararlas con nuestro equipo habitual. Por eso es importante emular nuestras particulares condiciones de descanso: tumbarnos en la postura habitual; si se duerme en pareja, probarlo ambos, etc y probar el equipo completo: colchón, base y almohada.